miércoles, 10 de abril de 2013

Merengues


Hoy toca un clásico, Merengues.

Son un dulce que desde pequeña me volvían loca y aún me gustan, aunque los como muy poco. En México los llamamos "suspiros", la verdad no sé exactamente por qué, pero creo que se debe a que no pesan nada y son tan ligeros. Pero son algo realmente delicioso, con esa capa crujiente y el centro blando meloso. Se pueden comer solos o bien, en postres variados, que ya iré compartiendo las recetas. 

Venga, a por la ella que se nos hace tarde.



                            Merengues 
                                 




Ingredientes:

* 4 claras de huevo a temperatura ambiente
* Una pizca de sal
* Unas gotas de limón
* 230 gr de azúcar blanca 



Proceso.
En un bol grande, seco y limpio ponemos las claras, la pizca de sal y las gotas de limón. Es importante que esté seco y limpio el bol para que las claras se monten bien, porque si tiene agua o grasa, no se montaran correctamente. Una vez que ponemos los ingredientes en el bol, montamos las claras hasta que estén en termino medio.
                                              

Luego vamos añadiendo poco a poco el azúcar, aproximadamente 4 ó 5 veces y seguimos montando.
                                            

Cuando se empiecen a hacer una especie de picos en la mezcla, tocas un poco de la mezcla con dos dedos y si sientes granitos de azúcar, sigue montando hasta que se hagan ondas y el merengue se vea firme.
                                             

A continuación ponemos la mezcla en una manga pastelera de tela o desechable y la duya que prefieran. Vamos a poner papel de horno en la bandeja del horno y hacemos montoncitos del merengue, cantidad al gusto. 
                                                

Dejamos espacio entre cada merengue para evitar que se peguen cuando se horneen, ya que crecen un poquito.
                                            

Calentamos el horno a 180ºC y cuando introduzcamos los merengues bajamos el horno a 80ºC y dejamos 1 hora. Apagamos el horno pasado el tiempo y dejamos reposar en el horno cerrado 2 horas. Es muy importante que nunca abras el horno una vez que los hayas metido a hornear y hasta después de que reposen, porque de lo contrario se bajan y se estropean. 
                                            


Después de reposar ya están fríos y los vamos a despegar del papel de horno con mucho cuidado porque son muy frágiles. Puedes guardarlos en cajas con tapas o frascos de cristal con tapa y  duran una semana o quizá más si no se los comen, jejejejeje.


                                                  ¡Hasta la próxima!



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